lunes, 5 de mayo de 2014

CURIOSIDADES: SUPERSTICIONES EN LA ANTIGUA ROMA.

El pueblo romano era, por naturaleza, tremendamente supersticioso.
La palabra superstición, en la antigua Roma, significaba «superstatio», es decir una ubicación superior de los dioses, que están por encima de los hombre y que comunican su voluntad. La señal más temida era el rayo de Júpiter.

Algunos ejemplos de supersticiones romanas son:
-El rayo funde el dinero en una bolsa que deja intacta, serpientes y demás animales, cuyo veneno es mortal, una vez alcanzados por el rayo, pierden la ponzoña.
-Los romanos estaban convencidos de que los genios malos penetran en los cuerpos humanos y los inflan tres veces. Para cerrarles la entrada, en forma preventiva, recomendaban los sacerdotes comer una cebolla o ajo cada mañana.
-Los niños temblaban por Mormo y Lamia. Mormo era un ser fantástico cuyo nombre era suficiente citar, para hacer sumisos a los niños más traviesos. Las Lamias, según la aterrada creencia infantil, eran crueles brujas, que devoraban vivos a los niños revoltosos y desobedientes.
-El romano no temía la muerte, pero sí lo aterraba pronunciar la palabra. Por ello, nunca decían que «murió o murieron», sino preferían decir que «vivió o vivieron».
-Sobre todo por la mañana, evitaban cuidadosamente el encuentro con un cojo de pie derecho, y aconsejaron a «quien al salir de su casa vea a un eunuco o a un mono, debe regresar al momento».
-Para los romanos era de mal augurio si un perro negro quería entrar en la casa; o si una liebre cruzaba el camino.
-Una rara clase de superstición era la creencia de que los dioses descargaban su cólera contra las ropas colgadas y enviaban a sus dueños infortunios y calamidades.

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