miércoles, 12 de marzo de 2014

LAS CATACUMBAS

Las catacumbas son galerías subterráneas que algunas civilizaciones mediterráneas antiguas construyeron y utilizaron como lugar de enterramiento.
Las más conocidas son las catacumbas de la ciudad de Roma.

Las catacumbas son por encima de todo cementerios. Las múltiples galerías o corredores que se multiplican en todas ellas no son sólo para acceder de un lugar a otro sino que están destinados a ser ellos mismos un cementerio. Sus paredes están repletas de nichos donde se disponen los cuerpos en horizontal, divididos en niveles. Puede haber hasta 12 niveles en algunos lugares; en otros, solo 3. Todo depende de la altura de la galería construida además de la solidez de la roca. Los corredores son largos y estrechos, tanto, que malamente pueden caber dos personas que se crucen. Se cortan los unos a los otros de mil maneras y el resultado es un verdadero laberinto que puede llegar a ser peligroso si no hay un guía conductor.





Servían también como lugar de culto en determinadas ocasiones. En tiempos difíciles y de persecuciones, la comunidad cristiana se refugiaba para llevar a cabo los misterios religiosos. Por eso, en infinitud de lugares, se encuentran verdaderas criptas o iglesias en las que se recibían los sacramentos o se escuchaban sermones. En este caso, dichas iglesias constaban de dos estancias, destinadas cada una a cada sexo. Algunas son bastante grandes y en el centro se encuentra el altar. Las paredes y bóvedas estaban revestidas de estuco y sobre el estuco, las pinturas.


En algunos casos tenían luz solar que entraba por una abertura que daba al campo y que servía también para introducir los cadáveres. Pero estas aberturas no eran muy frecuentes; lo común era que la iluminación se diese por medio de las lámparas de bronce suspendidas de la bóveda por unas cadenas. Las galerías también tenían su iluminación con unas lámparas de arcilla que se ponían en los entrantes de los propios nichos. Hoy, todavía, se pueden apreciar las manchas de humo.
Eran, además, refugio en tiempos difíciles. A comienzos del siglo II, se sabe que San Alejandro buscó asilo en una de ellas, y en el siglo III, San Calixto vivió largo tiempo en la que hoy lleva su nombre. Durante los siglos posteriores las catacumbas siguieron ofreciendo esta posibilidad de asilo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario